En la Ribera del Duero, la empresa de biotecnología ID Forest está transformando la viticultura mediante el uso de hongos micorrízicos. Estos microorganismos, aunque invisibles a simple vista, desempeñan un papel crucial en la salud de las viñas. Mejoran la absorción de agua y nutrientes, fortaleciendo las plantas y potenciando la calidad de la uva.
Esta técnica innovadora se está implementando en viñedos de renombre, como los de la bodega Pingus. El gerente de ID Forest, Jaime Olaizola, destaca la importancia de fomentar la biodiversidad en los viñedos, comparándolos con bosques en miniatura. Esta práctica no solo mejora la calidad del vino, sino que también prepara las viñas para enfrentar los desafíos del cambio climático.
Además de aumentar la resistencia de las plantas, los hongos micorrízicos favorecen un crecimiento más equilibrado de las raíces, lo que optimiza la absorción de minerales esenciales. En un contexto de escasez de agua, esta simbiosis natural permite que las viñas sean más resilientes ante las sequías prolongadas.
Los ensayos realizados en distintas parcelas han demostrado que la presencia de estos hongos mejora el vigor de la vid y contribuye a un perfil aromático más complejo en los vinos. La innovación aplicada por ID Forest forma parte de una tendencia creciente en la viticultura moderna, que busca reducir el uso de fertilizantes químicos y mejorar la sostenibilidad de los viñedos.
La colaboración entre científicos y viticultores está redefiniendo la viticultura sostenible en España. Este enfoque biotecnológico no solo protege los suelos, sino que también refuerza la competitividad del sector vitivinícola en un escenario de cambio climático.
Fuente: Diario El País